Evolución es la palabra que ha definido cada una de las épocas de la historia, cambiado desde la forma en que nos relacionamos hasta la manera en que hacemos negocios, dado como resultado de la realidad que tenemos en la actualidad.

Parte de esta evolución son las revoluciones industriales que se han vivido, desde el siglo XVIII, con las máquinas de vapor, hasta la actual, la Revolución 4.0, marcada por el uso de internet.

La primera revolución surge a finales del siglo XVIII y está ligada a la mecanización de la industria y la agricultura por medio de las máquinas de vapor, las cuales hicieron que el trabajo manual y el transporte fueran mucho más rápido dando paso a los inicios de la producción en masa.

A principios del siglo XX surgiría la segunda revolución, la cual tiene como características principales un uso mayor de combustibles fósiles, la electricidad y un desarrollo en las telecomunicaciones, cambiando la forma de hacer negocios.

La tercera revolución industrial nos lleva a mediados del siglo XX y hasta ese momento el lazo que se tiene con las dos revoluciones anteriores disminuye ya que se mueve a través de otras tecnologías, esta revolución está más enfocada a las comunicaciones, a tecnologías de la información y sobre todo es el comienzo para la búsqueda de nuevas e innovadoras fuentes de energía, durante esta revolución surgen términos como Smart Phones o Smart Cities y comenzamos con la conectividad de las cosas.

¿Y la cuarta revolución?

Lo anterior nos sitúa en el año 2012, donde en Alemania surge por primera vez el termino de industria 4.0, esto marca el comienzo de la nueva revolución.

Esta transformación se caracteriza por la convergencia de sistemas digitales, físicos y biológicos. Según Klaus Schwab estamos al borde de una revolución tecnológica que no sólo cambiará la forma en la que hacemos las cosas sino todo lo que somos.